EL DISFRUTE DEL RADIOARTE

Se creía que la radio seria desplazada por la televisión, un miedo que emano al inicio pero que con el transcurrir del tiempo se fue disipando. Primero la televisión paso de blanco y negro al color, y ahora a alta definición; la radio ha seguido siendo igual hasta ahora. La llegada del Internet tuvo el poder de decaer a ambos medios de comunicación, pero aunque la televisión tenga mayor ayuda de tecnología que la radio ¿qué hace diferente la radio a otros medios?

La radio sobresale de otros medios porque es la única que puede ser llamada arte.Lidia Camacho, comunicóloga, investigadora y funcionaria pública mexicana, define la radioarte: Toda obra creada por y para la radio, tiene como intención expandir las posibilidades creativas y estéticas de ese medio electrónico a partir de los elementos que fundamentan su lenguaje: voz, palabra, música, ruidos, efectos sonoros y silencio. Elementos que, al conformar un lenguaje, poseen una gramática inherente , con la facultad de construir mensajes estéticos; esto es mensajes que buscan conmover al radioescucha. Esta conmoción puede ser lograda gracias a que la radio posee un lenguaje propio, cuyas convenciones son entendidas - y apreciadas - por un receptor cómplice. Pero para realizarlo es necesario armonía, que el radioalista sea apasionado a la radio, que este informado, que tenga su propio estilo, que use un lenguaje apropiado a su audiencia. Pero se necesita más que esto, la disciplina, la plena sinceridad, porque la audiencia lo que necesita es saber la verdad y la educación, que es el objetivo primordial de la radio. Un radioalista debe saber expresar lo que va a decir, ya que de esto depende si logra o no dibujar en la mente de la audiencia lo que dijo. Eso lo distingue, ya que solo se puede oír y no hay más, son solo palabras y sin estas la imaginación no existe; en si nada existiría sin la creación del lenguaje. Y no solo es la voz lo primordial, también actúa la música, los efectos de sonido, el silencio, cada elemento necesario para que se logre crear una buena imaginación, no sea un dibujo realizado por un principiante sino un dibujo hecho por un artista, que transmita, que sea entendible, que sea claro, que sea pulido. El poder de la radio nos hace ver que el sentido primordial que nosotros tenemos es el oído.

La función social de la radio artística es la humanización de la experiencia para despertar voluntades y conciencias que movilicen a la acción. El arte debe empezar allí donde hay imperfección, no para lapidar sino en busca de soluciones participativas.

La tecnología hizo que la voz pase a segundo plano, no es necesario ahora impostar la voz o tener una voz agradable,  ahora se puede editar y quedar de agrado al oído, pero no quiere decir que cualquiera haría radio, si se podría, si sabe de qué manera utilizar su voz, informarse claramente de lo que hablara, sin titubear ni redundar, se debe sentir el disfrute de realizar radio, así que es mejor alguien apasionado que alguien obligado. Una persona no nace para ser radioalista, se forja en el transcurrir de su vida y la audiencia necesita eso para disfrutar lo que oye. 

La radioarte es bella, su sola presencia abrió un nuevo camino para los que tienen el sonido como materia prima de su trabajo, para los que a diario ejercen su derecho a escuchar, para as instituciones que, como la radio, tienen la obligación de abrir nuevos cauces a la expresión sonora. Pero depende quien está dispuesto a pasar por este camino. Muchas personas no le dan la oportunidad a la radio de escucharla, ignoran el poder de hacernos imaginar. De pequeños pedíamos a gritos que nos cuenten cuentos en la noche, de esa manera dormir, lo imaginábamos con la dulce voz de nuestra madre o la firme voz de nuestro padre. Disfrutábamos mucho escuchar y emocionarnos, creo que la radio hace eso hoy en día y desde que empezó, tiene el poder de regresarnos al pasado y disfrutar en esa cómoda cama, las historias que oíamos al momento de escuchar al radioalista, expresarse majestuosamente y vivirlo en nuestra mente.

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